Deseo que el fuego de San Juan haya quemado las malas experiencias acumuladas. ¡Feliz verano!
1.
Un amigo camarero me dice que por muy buena que sea la materia prima, si tiene espinas se vende peor.
Trabajar sirviendo a los demás es dedicarse a quitar las espinas permanentemente. Eliminarlas no significa ocultar que habían estado: los pescados más buenos tienen espinas. Se trata de esforzarse para que no molesten al cliente.
¿Qué pasa si el cliente encuentra una? Te disculpas, explicas que esto no es habitual y celebras con él que al final nadie se ha hecho daño.
Sin espinas, por favor.
2.
Piensa en el momento más feliz que hayas vivido con tu equipo. Ni lo digas ni preguntes a nadie si también lo recuerdan. Haz que se repita de nuevo.
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“Que no te vendan amor sin espinas”